miércoles, 15 de junio de 2011

Pequeño Pentecostés

Los Jóvenes y la Evangelización

Pequeño Pentecostés

Los horizontes y las posibilidades de la misión se ensanchan, y nosotros los cristianos estamos llamados a la valentía apostólica, basada en la confianza en el Espíritu. Hoy se pide a todos los cristianos la misma valentía que movió a los misioneros del pasado y la misma disponibilidad para escuchar la voz del Espíritu.
<> (Hechos 4, 31).

No confundamos el espíritu con "los espíritus". Los espíritus son fantasmas, no se ven, nos asustan habitan en los cementerios y en las casas de brujas. Arrastran cadenas en la noche.

El Espíritu se manifiesta a pleno día. Se ve. Se ven lenguas de fuego. Lenguas y no llamas. Y predicaban la Palabra de Dios con valentía. No es eso tener lenguas de fuego.

Viento recio. El viento mueve los barcos, molinos, el viento es energía. Se siente. Tiene que haber acción movimiento. Movimiento porque lo mueve el Espíritu.

El Espíritu se manifiesta dentro, se hace presente dentro, pero empuja fuera. Salían a predicar.

Tembló el lugar. Como los indios cuando andaban buscando los búfalos escuchaban la tierra.


El discurso del Santo Padre a los jóvenes en Kaunas,

Amistad con Cristo
Jóvenes: ..."abrid las puertas a Cristo!. Sed los primeros en recibir el impulso de la nueva evangelización, que vuestra patria,..y el mundo entero necesitan con urgencia. Cristo conoce el corazón del hombre, el corazón de cada uno de vosotros. Cristo os conoce y os ama. Sólo Jesús puede satisfacer plenamente las exigencias y las aspiraciones más íntimas y vitales del espíritu humano”.

Invito a todos los jóvenes a tomar la iniciativa y que cada uno se pueda comprometer en sus parroquias.

El Evangelio como norma de vida
El Evangelio, mensaje de esperanza y de renovación cristiana auténtica, es válido para todas las épocas y para todas las personas. Acogedlo como don de salvación; haced que se transforme en norma de vida diaria. Proclamadlo y testimoniadlo. ¡Sed testigos de Cristo!

En todas las culturas, juventud quiere decir esperanza, futuro, desafío, esfuerzo, búsqueda y empeño por formarse.

La Iglesia está de vuestro lado, porque quiere compartir las pruebas y las esperanzas de vuestra ardua búsqueda.

No tengáis miedo de pedir a los sacerdotes el pan espiritual de la verdad cristiana, alimento espiritual que os pertenece y que ellos tienen la grata obligación de daros.

Promoción de los valores cristianos.

Recordad siempre que la fe cristiana NO es una "religión del Libro". el cristianismo es la religión de la "Palabra" de Dios, no de un verbo escrito y mudo sino del Verbo encarnado y vivo" CIC 108.

Vuestro compromiso prioritario ha de ser el de profundizar el contacto personal con Cristo con la lectura del Evangelio, la meditación de los misterios de la salvación y la oración. Encontrarse con Cristo, escucharlo y hablar con él, acerca el ser humano a Dios y lo hace prójimo de sus hermanos.

Madurez espiritual
Los movimientos de espiritualidad pueden servir para la maduración humana y espiritual de la juventud.

Mirad con confianza y aceptad con prontitud estas posibilidades que os ofrecen para formar personas humanamente firmes y cristianos convencidos, capaces de dar a conocer cada vez más la misión de la Iglesia.

Os sentiréis impulsados a convertiros en el tipo de hombre o de mujer que tantas veces habéis pedido que fueran los demás: honrado, leal, justo fraterno, servicial, valiente, preocupado de los demás más que de sí mismo, amante de la libertad como ocasión de ejercicio de la conciencia y no como oportunidad para el egoísmo, dedicado al trabajo y deseoso de asumir sus responsabilidades.

Santa osadía

La Iglesia cuenta con vosotros.
Sin vuestro entusiasmo y vuestra vitalidad, la alegría y el vigor resplandecerían menos en el rostro de la esposa de Cristo.

Vosotros mismos sois Iglesia. Sed en ella elementos activos, fuertes, llenos de santa osadía. Por el bautismo, estáis llamados a ser protagonistas en la comunidad cristiana con vuestra actividad apostólica, el compromiso de caridad y la búsqueda de la santidad.

Todos debeis ser Iglesia en el servicio generoso a los h. y en el anuncio convencido de la buena nueva de Jesús, con vuestra conducta antes que con vuestras palabras.

Somos Iglesia pero Iglesia como modelo de la comunidad Cristiana primitiva de Jerusalén.

En Denver el 12 Agosto del año 93el Santo Padre también nos invita a los siguiente. Deben reavivar la conciencia de vuestra misión como creyentes: dar testimonio con valentía de la vida nueva que Cristo nos ha dado para la salvación del mundo.

La vida que Jesús da sólo puede experimentarse mediante el amor que es entrega de sí, y ese amor implica siempre alguna forma de sacrificio: "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo, pero si muere, da mucho fruto". Jn12,24. Eso es lo que la cruz nos enseña.

Mandato Misionero

"Id por todo el mundo y proclamada la buena nueva a toda la creación".

Este es el mandato misionero. Cristo dirigió esas palabras de desafío a los apóstoles, a quienes ya había dicho antes: "Seguidme" Mc,1,17. A cada uno, individualmente, de modo personal le había dicho: Sígueme. Y entre la llamada inicial y el envío final a todo el mundo, cada uno de esos discípulos vivió una experiencia, un proceso de crecimiento, que lo preparó íntimamente para el gran desafío y la gran aventura que representaba para ellos el ser enviados de Cristo.

Cristo primero: invita.
Luego se revela así mismo.
Por último, envía.

Todo apóstol debe identificarse con lo que dice la primera carta de Juan: <>(1 Juan, 1,13).

Experiencia del Evangelio

1. Cristo entró en vuestra vida y os invitó a adquirir una mayor conciencia de vuestra consagración bautismal.
2. Con la gracia de Dios y la ayuda de una comunidad creyente crecisteis en la comprensión de vuestra identidad cristiana y de vuestro papel en la Iglesia y la sociedad.
3. Como católicos maduros, empezasteis a tomar parte activa en el apostolado.
4. Y ahora os encontráis frente al desafío de aceptar todas las consecuencias de las palabras del Señor: <> (Mc, 16,15).

Sí Cristo el Señor continúa invitando a muchos jóvenes a unirse a él en la tarea sublime de difundir su reino.

Como líderes en el campo del apostolado juvenil, vuestra labor consistirá en ayudar a vuestras parroquias, diócesis asociaciones y movimientos a estar abiertos verdaderamente a las necesidades personales, sociales y espirituales de los jóvenes.

Tendréis que hallar la manera de hacer participar a los jóvenes en proyectos de actividades de formación, espiritualidad y servicio, haciéndolos responsables de sí mismos.

Salir al paso de las necesidades reales del pueblo, especialmente de los pobres y los marginados.

Comprometerse en la nueva evangelización significa que estamos convencidos de que tenemos algo valioso que ofrecer a la familia humana en el alba del nuevo milenio.

Todos debemos ser cocientes de que no basta ofrecer, "Una sabiduría meramente humana, casi como una ciencia del bien vivir" (Redeptoris Missio, 11). Debemos de estar convencidos de que tenemos una "perla de gran valor" (Mt,13,46). Un gran tesoro fundamental para la salvación eterna de todo miembro de la raza humana.

En una época en que muchos católicos corren el peligro de perder la fe, la perla de gran valor, en que no hay bastantes sacerdotes, religiosos y religiosas para apoyar y guiar debemos estar convencidos de que Cristo llama a la puerta de muchos corazones y busca jóvenes como vosotros para enviarlos a la viña, donde les espera una mies abundante.

Podemos intentar tranquilizar nuestra conciencia dándonos a nosotros mismos, pero de modo parcial y limitado, o de algún modo que nos agrade a nosotros , y no siempre como el Señor nos sugiere.

Cristo quiere ocupar el lugar central en vuestro corazón, y por ello purifica vuestro corazón y prueba vuestra valentía.



Todos deben escuchar sus palabras: "Id.. y proclamad la buena Nueva" (Mc. 16,15).

Oremos para que los jóvenes del mundo no duden en responder: "Heme aquí: envíame! ¡Envíanos! Amen.

Yo pondré en ellos una señal dice el Señor, le enviaré hacia las islas lejanas, a las gentes que nunca oyeron hablar de mi: Y revelaran mi gloria a todas las naciones. ¡Gloria a ti Señor!

Los cielos cantan la gloria de Dios y el firmamento proclama las obras de sus manos. ¡ Gloria a ti Señor!

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